Hubo un tiempo en que tu ausencia me pesaba en los brazos, me dolía en los labios. Necesitaba que me explicaras por qué sentía un hueco dentro, un agujero grande y oscuro. Tu ausencia fue el primer dolor que no pude reconocer.
Ahora solo nos queda el presente, pero es tan corto que no da tiempo a mejorarlo, por eso me gustaría no dejar de escribir esta carta, porque mientras me lees estoy contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario