miércoles, 25 de enero de 2012

Respirar...

Y asi poder decir que he salido a flote, que he superado mi propio naufragio. Y dejar de pensar que el agua me llegaba al cuello porque tenía vocación de ahogada. "Un barco demasiado pequeño para el mar". Sin embargo, la profundidad del mar depende de los pies, de los pasos que esté uno dispuesto a dar hacia dentro.

 Puede que haya estado en lo más profundo y que el agua me llegara hasta el cuello. Pero he aprendido a nadar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario